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miércoles, 9 de marzo de 2016

Felix Erauskin, el hijo del pastor del Gorbea


Batiendo el récord peninsular de barra vasca (Foto Excelsius)


Era hijo de Cecilio, pastor de Igirinao y lanzador de makila, la sombra de los primeros mendigozales que subían al Gorbea, de quien aprendió la afición al lanzamiento. Nació en Zeanuri el 20 de noviembre de 1907, y con 1,82 m. y 100 Kg. fue un atleta natural fuera de serie. Tomó parte en algunas pruebas sin entrenamiento, y marchó al de poco tiempo a la milicia, abandonando temporalmente la práctica del atletismo. Terminado el servicio militar, se dedicó por afición a los veintidós años, a darse de puñetazos en competiciones de boxeo amateur, donde disputó varios combates como peso pesado, pero su condición humana no le permitió golpear a sus contrincantes, por lo que pronto desistió de estos propósitos. De esta experiencia, acarreó posteriormente una distensión en el codo, que le molestaba en el lanzamiento de jabalina al necesitar un golpe seco.


En el campo de Basabe, batiendo el récord peninsular de lanzamiento de peso.


Un día apareció en San Mames a ver lo que eran aquellos instrumentos llamados peso, disco o martillo, y tentar la suerte con sus fuerzas. Obreros de la Compañía Euskalduna, donde trabajaba Félix, de los muelles y de las cercanías, solían ir a la salida del trabajo para probar sus fuerzas. Generalmente, pronto cesaban al ver que sus ilusiones o sus esperanzas no se cumplían. Unos brazos y torsos formidables, no les valían más que para hacer un papel mediocre. Tenían los músculos agarrotados por el trabajo diario y hacían marcas que les dejaban en ridículo al lado de algunos señoritos que por allí había. Parte de las causas de estos fracasos eran la falta de conocimientos y su poca paciencia para asimilar las enseñanzas de los técnicos. La consecuencia inmediata era marcharse y no volver. Uno de los pocos muchachos que desde el primer día mostró una disposición especial para ser un gran lanzador, fue Félix. No tenía ni idea de lo que eran aquellas herramientas, pero las tiraba con energía, con rabia. Unas pacientes lecciones y pronto empezó a destacarse. Le cogió gusto al disco, su preparación como la de todos nuestros atletas era mínima y casi se limitaba a entrenarse cada domingo, cuando esto era posible. Lanzando la barra en compañía de los viejos palankaris, quiso hacer perdurar la tradición y que su semilla fuera recogida y fecundada por los jóvenes.



En el apartado de campeonatos provinciales logrados, sumó nada menos que 59 victorias, repartidas en: 20 en disco, 15 con el peso, 19 con la barra, 4 en jabalina y una en martillo. Alcanzó hasta 27 campeonatos de España, por lo que ha sido el atleta que más títulos ha logrado hasta la fecha, ganando 9 veces en disco, en otras tantas ocasiones en peso; ocho veces con la barra y una con la jabalina. Dos veces recordman en peso, con 13,33 m. en Berazubi y con 13,90 m. en París, las dos veces en el año 1936. En otras tantas ocasiones logró la plusmarca estatal de lanzamiento del disco, con 44,02 m. en 1948 y 44,49 m. en el mismo año, con tiros logrados en Portugalete, ocurriendo después un caso insólito, dado que once años más tarde, con 52 años cumplidos, alcanzó el más dilatado tiro de la historia, con 44,56 m. en 1959, un récord de Bizkaia que se mantuvo durante temporadas como tal. Olímpico junto a nuestro Periko Apellaniz en los Juegos de Londres en 1948, cuando ambos defendían al Club Deportivo Galdácano, por lo que actuaron en el estadio londinense de Wembley. Se inicio en el atletismo en 1928 y lo dejo en 1980, después de actuar varios años como veterano, habiendo sido en esta categoría campeón mundial de atletas mayores de 70 años en Hannover, Alemania, en 1979 en el lanzamiento de  disco.




Fue el inventor revolucionario del lanzamiento de jabalina que lleva su nombre, aplicando la técnica de la barra vasca en 1955, con cuyo estilo sobrepasó los 100 m. Pero su nuevo estilo no fue aprobado por la Federación Internacional de Atletismo, que para que en adelante no se pudiera lanzar la jabalina al estilo Erauskin, hubo de cambiar el reglamento de la prueba.

Le gustaron todos los deportes relacionados con la fuerza, por lo que competió realizando pulsos con contrincantes poderosos y era amigo de levantar pesos, sin ajustarse a regla alguna.


Erauskin en Montjuich


Fuente: Dime, marzo de 2016

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