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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Irigoien, el cancerbero pucelano.



Aunque nacido en Lezama el 20 de abril de 1906, cuando "Iñacio", como familiarmente se le conocía, no contaba más que con diez años, sus padres se trasladaron a Galdakao, quizás porque su padre trabajaba en “La Dinamita”. Antes de jugar al futbol, lo hacía en el frontón de La Cruz. Sus inicios en el fútbol se realizaron en la campa del caserío “Berezikoetxe”, del barrio de Iberluze. De ahí pasó a la gran cantera que supuso el Club Elexalde. En julio de 1929, el delegado del Real Valladolid se encontraba buscando refuerzos por tierras vascas, encontrando a Irigoien. 


                                     
                                                                    Portero del Elexalde


El Real Valladolid Deportivo se había fundado el 20 de junio de 1928 al fusionarse los equipos Real Unión Deportiva y el Club Deportivo Español. Durante la primera temporada de su historia, el club militó en la segunda división, aunque al término de la misma no pudo evitar el descenso a tercera. Ignacio “Tenazas” Irigoyen fue el primer profesional que tuvo el Real Valladolid, cobrando por ello, 500 pesetas al mes. Tras una buena primera temporada y renovado su contrato en tierras castellanas, visitó Galdakao siendo reconocida su labor por sus antiguos vecinos.




En 1931 al llegar la II República, el Real Valladolid perdió el título de “Real”, pasando a denominarse Valladolid Deportivo. Poco tiempo después, en un partido épico, el Valladolid venció a domicilio al Atlético Madrileño, causando gran sorpresa en la última jornada del campeonato nacional, siendo eliminado el equipo madrileño después de un gran partido en Chamartín, en gran medida gracias a la gran actuación del meta galdakoztarra que saltaba de esta manera, a las primeras páginas de la prensa deportiva. Ya en el Valladolid, le moldeó Platlco, especialista en guardametas.


                                                                   Frente al Athletic Madrileño

Dicho partido le ayudó a darse a conocer y en noviembre los medios de comunicación madrileños, en vísperas del encuentro frente a Inglaterra, se preguntaban por un portero que pudiese sustituir a Zamora, se proponía a un casi desconocido Irigoien, dada su trayectoria y proyección. Era de una madera de los mejores, su equipo no le acompañaba, cuando no jugaba, los descalabros eran mayores y se recordaba el partido de Chamartín.






El 25 de mayo de 1933 formó parte de la selección de la Federación castellana, que jugó contra el equipo de Bulgaria en Chamartín, tras reafirmarse el Valladolid Deportivo como vencedor del grupo castellano de tercera división. En la categoría de bronce militó hasta la temporada 1933/1934, cuando consiguió retornar a la división de plata. Comenzó la temporada del campeonato superregional frente a un Atlético madrileño, terminando el encuentro con un empate a cero, realizando Irigoyen de nuevo, una heroica jornada en el estadio de Vallecas.






Comenzada la temporada 1935-36, entró en conflicto con el Valladolid, al negarse a firmar con el club, a consecuencia de que se le adeudaba dos mil pesetas. Dicha cantidad, la tenia depositada el club en la Federación, para hacerla efectiva al jugador en el momento en que este fichara. Mientras tanto, se encontraba en Galdakao, y esta situación respondía a la actitud del Valladolid, para obligarle a firmar por el club. Era un rumor extendido, que el Valencia, le había hecho ofertas al guardameta y que la temporada anterior estuvo a punto de fichar por el R. Madrid. Al final de temporada, la directiva reorganizó la plantilla, rescindiendo el contrato al anterior entrenador y permitiendo que el veterano Ignacio Irigoyen accediese a las funciones de entrenador, que seguía  actuando como guardameta reserva.



Junto al Lehendakari Agirre


El club vallisoletano seguía en segunda, cuando la competición se paralizó a causa de la Guerra Civil. Años más tarde, otro galdakoztarra, Busquet, tendría el honor de participar en el ascenso a primera división, por primera vez del equipo pucelano.



                                                  Partido benéfico del Frente Popular.



Fuente: Periódico "Dime"




sábado, 26 de noviembre de 2011

El hambre y la miseria en la guerra civil

Articulo de José Larrea en el periódico "Crónicas" en mayo de 2007.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El pleito municipalista del Estatuto del Vino

Momento en que se disuelve la reunión del Ayuntamiento de Bilbao.
Foto Amado.

En 1934 se produjo en Euskadi un hecho que tuvo gran trascendencia en la lucha por el autogobierno contra el gobierno central de la CEDA, por la defensa de los últimos restos del autogobierno foral. Este hecho fue conocido con el nombre de “El pleito municipalista”. Diputados españoles, solicitaron del Congreso la aplicación del “Estatuto del vino”. Dado que la entrada en vigor de dicho estatuto, suponía un ataque directo al Concierto Económico, especialmente en lo relativo a los impuestos que recaudaban los municipios, hizo que estos se opusieran frontalmente a las intenciones gubernamentales.
Con ello se pretendía beneficiar a los grandes viticultores que tenían grandes stocks que no podía exportar por la crisis económica mundial. La mayoría de los ayuntamientos, salió en defensa de sus intereses. El gobierno, al objeto de neutralizar el movimiento municipalista, destituyó y procesó a numerosos alcaldes y concejales. En señal de protesta, dimitieron en bloque todos los alcaldes y concejales en activo.



  Entrada de los "Guardias de Asalto" al Ayuntamiento de Bilbao. Foto Espiga.

            
Los ayuntamientos no solo constituyeron una comisión para su defensa, sino que también propusieron la celebración de elecciones provinciales para 12 de agosto, de donde surgiera el gobierno provincial electo democráticamente, en sustitución del designado “a dedo” por el gobierno central. Dicha propuesta fue rechazada y prohibida por el gobierno de Madrid, no obstante, algunas corporaciones municipales llevaron a cabo la elección prevista.


Suspendida la sesión, salen los concejales de Bilbao.


El 14 de agosto, el jefe de Miñones de Galdakao pistola en mano, ordenó al alcalde que fuese desalojado del sillón presidencial. Momentos antes de comenzar la sesión, se  presentó a Julián de Abasolo, alcalde en funciones por estar enfermo el titular Santos Muñoz, el jefe de las fuerzas de Miñones, advirtiéndole que tenía orden de desalojar el Ayuntamiento. Este le preguntó si iban a celebrar la sesión, contestando afirmativamente el alcalde, pues para ello se había convocado a los concejales, sin embargo, añadió que les consultaría y que  dentro de cinco minutos le contestaría. Así lo hizo, y los corporativos se pronunciaron unánimemente por celebrar la sesión. En vista de ello, el alcalde en funciones, requirió al secretario de la Corporación para que notificase el acuerdo al que hacía de jefe de Miñones. Abierta ya la sesión, el alcalde en funciones dio cuenta del objeto de la convocatoria. En aquel instante, irrumpieron cinco Miñones comunicando que iban a proceder a la detención del alcalde. Entonces Julián de Abasolo replicó, que estaba cumpliendo sus obligaciones institucionales, pero el jefe de Miñones sacando la pistola, ordenó a dos agentes que sujetasen al alcalde. Este advirtió que estaba ejercitando un derecho amparado por la ley y que cuando terminase la sesión se pondría a disposición de la autoridad gubernativa e invitó al jefe de la fuerza policial a que depusiese su actitud. Pero este, lejos de respetar a la Corporación democrática, ordenó que arrancasen al alcalde del sillón y lo sacaron arrastras del salón de sesiones. Pero como la sesión no se había levantado, el concejal a quien correspondía ocupar la presidencia se sentó en el sillón y continúo su tarea, hasta que nuevamente la fuerza pública procedió a la detención del concejal que en aquel momento presidía la sesión. Y no habiendo ya número suficiente de corporativos, tuvo que ser levantada la sesión.


Ernesto Erkoreka, alcalde de Bilbao abandona forzado el ayuntamiento, tras intentar entrar y ser rechazado por las fuerzas de orden público. Foto Cecilio.
 
 

El alcalde en funciones, Julián de Abasolo y el otro concejal, fueron llevados a Bilbao por “Fuerzas de Asalto”, quedando provisionalmente en libertad. Intentaron celebrar las elecciones sin conseguirlo, por haberlo impedido la fuerza pública cuarenta y tres ayuntamientos, entre ellos el de Galdakao. Días más tarde, la Corporación acordó aprobar el acta del día 12 relativo a la elección de miembros municipales para la Comisión de defensa del Concierto Económico. Simón Linaza asistió a la reunión del Comité de los veinte pro defensa del Concierto Económico y de la autonomía municipal. Asimismo, se abrieron suscripciones con el fin de sufragar los gastos de embargos, multas, etc., ocasionados por el encarcelamiento decretado contra los electos locales.


              Ametralladora utilizadada por las fuerzas de Asalto. Foto Amado.

martes, 25 de octubre de 2011

Teatro vasco en Galdakao


El teatro ocupaba un destacado lugar en el conjunto de actividades de ocio realizadas en el municipio  a principios del siglo XX. Dos instituciones organizaban las representaciones teatrales: el Circulo Obrero de Santa Bárbara y Juventud Vasca de Etxegorri. El día de reyes, el Cuadro Dramático del Círculo de Obreros de Santa Bárbara organizaba veladas teatrales en los salones del Círculo, situado en Zuazo, así como sesiones cinematográficas.


En el caso del batzoki, el responsable de organizar el cuadro artístico era Claudio de Zarate y el lugar de representación Etxegorri, salvo en ciertas ocasiones en las que se realizaban en el cine “Galdakano” del barrio de Lasao. El teatro era concebido como una forma de deleitar al público, recabar fondos para determinados fines patrióticos y fomentar la transmisión de la ideología abertzale. Las primeras noticias que poseemos son de 1912 con la representación en el batzoki de las obras “La tasita de plata” y “Ume zurtzak”. Tenemos que esperar a finales de 1930 a la constitución del cuadro dramático de la Sociedad Juventud Vasca, pasada la dictadura de Primo de Rivera, para volver a ver nuevas funciones.

Entre las obras se pueden destacar: “La vieja que paso llorando” e “Itxaro ixarra” representadas por “Oldargi”; “Ator mutil” e “Iru gudari” de Manuel de la Sota; “Alma vasca” comedia de Nicolás Viar; “Los calmosos”, ” Antón Barakatz”, “¿Me caso?”, “Manu Soro”, “Katalin encuentra casa”, “Peru Gizon”, “Maite” y  “Aztidunak” de Isidro Parada; la zarzuela vasca “Azi ona”; “Maitena”, “Urteurrena” y  “Como nos casamos en Bilbao” de Luis de Villalonga; “Ama” romance de J. de Uruñuela y “La princesa Gastia” de Eli de Gallastegi, así como obras infantiles.





A las representaciones venían de pueblos vecinos como Larrabetzu, Bedia, Lemona, Basauri y Etxebarri. En plena guerra se celebraron funciones teatrales destinándose la recaudación para los gastos del mantenimiento de las milicias. Los precios eran variados, butaca de preferencia 2 pts, butaca de patio 1.50, delantera de anfiteatro 2 y anfiteatro 1, para los “umetxus” 0,25 Pts. Las funciones comenzaban a las cuatro y media, y ocho y media, y al terminar la función nocturna, un servicio de autobús facilitaba la vuelta a Usansolo. Podemos citar, entre otros, los siguientes repartos:

“La vieja que paso llorando”: “Doña Andresa”, señorita Larrea; “Pantxike” señorita Abasolo; “Asun” Libe de Egileor; “la viuda de Gerrikaitz”, Ramonita de Agirre; “Dominike” Carmen de Amoritza y “Gergoritxu” Libe de Uranga.




“Itxaro izarra”: “Cho”, Víctor Fernández Arostegi; “Crisanto”, Claudio de Zarate; “Kurumiño”, José María de Zabala y “Txangurro”, José María de Agirre.

“Ator mutil”: “Lili”, Isabel de Gerediaga; “Abuela”, Ramonita de Agirre; “Egastiño”, Víctor Fernández Arostegi y “Jauna”, Julián Abasolo.

“Katalin encuentra casa”: “Katalin”, Ramonita de Agirre; “Clara”, Miren de Ugarte; “Canuta”, Miren Bustinza; “Sixto”, Claudio Zarate; “Don Alfredo”, Julián de Abasolo y “Kontxu”, Sabin de Zenarruzabeitia.

“Alma vasca”: Lola de Larrea, Pepita de Abasolo, Miren de Egileor, Miren y Encarna Bustinza, Pepe de Mandaluniz, Agustín de Arostegi, Santiago de Zorriketa y Fernando de Orueta.


                         Reportaje gráfico de la obra de Nicolás Viar.


“Como nos casamos en Bilbao”: “Juli”, señorita Amuritza; “Merche”, Varela; “Mary”, Sobron; “Dolo”, Busquet L.; “Aldeana”, Beitia; “Sole”, Egileor; “Doña Filo”, Bustinza; “Mencha”, Ugarte; “una joven”, Busquet; “otra joven” Izagirre; “compradora”, Zamakona; “Patxi”, señor Depardieu y “forastero”, Muniozguren.




Se trataba de lograr obras de calidad, así como transmitir una alta carga emocional. La estrategia de Juventud Vasca funcionó gracias a la capacidad de creación de obras, buenos actores y organizar funciones no solamente en los centros nacionalistas, sino también en teatros públicos populares.



Interpretes de La princesa Gastia de Eli de Gallastegi en el Teatro Campos Eliseos.

De la cooperativa de casas a las viviendas en propiedad

Segundo articulo sobre el barrio de Tximelarre publicado en abril de 2007 en el periódico "Crónicas".

jueves, 29 de septiembre de 2011

Tximelarre: un barrio privilegiado y muy unido

Articulo de varios vecinos de Tximelarre publicado en el periódico "Crónicas" en marzo de 2007.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Mandaluniz, el "Pitxitxi" frances

Foto Euzkadi


Fue de los miembros de la época dorada del fútbol galdakoztarra, que por su compromiso político, más sufrió la situación del país. Primo del también jugador Iraragorri, José Mandaluniz nació el 19 de marzo de 1910 en Galdakao. Debutó el 30 de septiembre de 1928, jugando tres temporadas en el Athletic Club de Bilbao y obteniendo una liga y tres campeonatos regionales. A finales de 1930, pasó al Arenas de Getxo, pidiendo el Athletic 10.000 pesetas por su traspaso.
                            

Junto a Unamuno y Roberto Etxebarria. Foto Espiga.


Con 21 años y una buena colocación en “La Basconia”, facilitada por el directivo del Arenas Gandarias, y 300 pesetas de sueldo más las primas, en su pueblo natal compaginó el fútbol con la pelota mano, formando pareja con Mateo Barandika, así como actuaciones en el cuadro dramático local de Juventud Vasca.


En 1932 quedó libre del Arenas, jugando un partido con el R. Madrid frente al Sevilla, Este partido amistoso, tenía por principal interés el de probar a algunos jugadores que pudieran ocupar los puestos débiles del equipo castellano. Mandaluniz marcó un gol como debutante, pero no fue suficiente para ganarse la confianza de los directivos merengues y de nuevo recaló en el Athletic, donde jugó dos temporadas más, 1933-34 y 1934-35. En mayo de 1933, resultó detenido junto a Claudio Zarate, y es que tanto José Mandaluniz como Polixene Trabudua, habían sido una pareja famosa en Bilbao durante la II República: ella, como oradora del PNV, y él, como delantero centro del Athletic, y ambos participando en la organización Juventud Vasca. Polixene fue detenida y encarcelada por sus alegatos en favor de la nación vasca, llegando a protagonizar, en la primavera de 1933, la primera manifestación de mujeres convocada en protesta por la visita del presidente de la República. El sábado 23 de septiembre de 1933, se celebró la boda de José de Mandaluniz y Polixene de Trabudua, residiendo la pareja posteriormente en Sondika, pueblo de nacimiento de la oradora.


                                                 Boda con Polixene de Trabudua

Antes de comenzar la guerra, jugó la temporada 1935-36 en el Español de Barcelona. En plena Guerra Civil, ANV y PNV crearon sendos equipos de fútbol para recaudar fondos para el Gobierno Vasco, teniendo como capitanes de ambos equipos a los galdakoztarrak, “Txato” Iraragorri por ANV y Mandaluniz, por el PNV. El partido “Pro-Avión Euzkadi”, dirigido por el árbitro Iturralde, abuelo del actual árbitro de primera división Iturralde González, lo ganó ANV por 7-5, pero en un posterior encuentro, revancha del anterior, vencieron los del PNV por 3-0. Posteriormente se creó la selección de Euskadi.
                                                   


          Vistiendo la camiseta del Arenas frente al Barcelona. Foto Excelsior


José estuvo integrado en un bata­llón de Gudaris hasta que fue hecho pri­sionero en Laredo. Cuando cayó prisionero, se salvó de ser fusilado por la ayuda de un militar de alto rango, que fue directivo del Español de Barcelona. Liberado en Laredo, llegó a Iparralde.En 1937, Polixene salió hacia el exilio con sus tres hijos, organizando en Donibane Lohitzun las colonias de los niños refugiados de la Guerra Civil. Jugó en el Stade Francais en la temporada 1936/7, en Laussane, Suiza, comenzando un largo periplo por Francia durante trece años, posteriormente, inició una nueva vida en Rouen, donde Mandaluniz, en 1942 con el F.C. Rouen, resultó máximo goleador de la liga francesa. La ocupación nazi de Francia condujo a la familia a París, allí fueron testigos del final de la guerra y tras la liberación, intentaron empezar otra vez. La ciudad de Lorient en Bretaña y el contrato que Mandaluniz firmó como entrenador, les dieron la oportunidad de instalarse nuevamente y empezar allí una nueva andadura.



Iraragorri, Iturralde y Mandaluniz


Volvió con cierta aprensión a Euskadi en la plenitud del franquismo, primero a entrenar al Barakaldo y en 1950 al Athletic gracias a Fidel Rotaetxe. el Athletic recibe un telegrama del general franquista Moscardó que decía: «Destitu­yan inmediatamente a Mandaluniz como entrenador del Athletic». La desconfianza del matrimonio hacia el régimen franquista se confirmaría rápidamente, Mandaluniz y Polixene fueron considerados enemigos de la patria y en menos de un año, el Athletic fue obligado a destituir a Mandaluniz como entrenador del equipo. Rouan lo reclama inmediatamente co­mo entrenador, con un buen contrato. Finalmente, Venezuela apareció como el destino lejano, donde encontrar un porvenir.


                                                            Stade Français F.C.



Fuente: Periódico Dime.

sábado, 18 de junio de 2011

El obispo de las ordenes militares



Remigio Gandasegui y Gorrochategui nació en Galdakao el 5 de enero de 1871. Cuando contaba veinte años, se responsabilizó de las cátedras de latín, retórica y poética. Se ordenó sacerdote en 1893, después de hacer la carrera eclesiástica en el seminario de Vitoria, cuya docencia desempeñó. En 1894 y con dispensa de Madrid, fue promovido a la sagrada Orden del Presbiteriado.
                                         
Ya desde el 1896, explicaba metafísica, historia universal y de España en el seminario vitoriano. Las condiciones del joven llegaron hasta el nuncio del Papa, lo que hizo que fuera nombrado obispo titular de Dora y de Dora y administrador apostólico de Ciudad Real. En 1897, obtuvo el grado de bachiller en sagrada teologia, en el seminario de Vitoria y licenciado en doctor en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Cuando esto sucedía, Gandasegi no había cumplido aún los treinta y cuatro años. En 1905 tomó el hábito de la Orden Militar de Calatrava, es nombrado obispo de las Ordenes Militares y consagrado en el Pilar de Zaragoza. Obtuvo por oposición, la cátedra lectoral de Zaragoza, residiendo en aquella ciudad durante seis años. En esta sede se distinguió por su actividad, fundando asociaciones de tipo religioso y social. En 1914 es trasladado al obispado de Segovia y dos años más tarde es elegido senador por dicha provincia, ocupando dicho cargo durante cuatro legislaturas, en unos años de exaltaciones nacionalistas por las guerras de Marruecos.
 

En 1917 se le nombra miembro, junto con Vidal y Barraquer, de la comisión destinada a revisar el concordato con la Santa Sede. Redactó numerosas pastorales, siendo miembro de la Sociedad de Estudios Vascos, pero de extremada rigidez de ideas, atacando las conclusiones de enseñanza del II Congreso de Estudios Vascos de 1920, junto con Mateo Múgica y el senador integrista J. M. González de Chávarri. A la muerte del cardenal Bosch en 1920, fue nombrado arzobispo de Valladolid, considerándose el artífice de la renovación de su semana santa, fomentando la creación de nuevas cofradías para recuperar las antiguas, que a principios del siglo XX habían entrado en decadencia.


Jesús Escauriaza


En julio de 1936, le sorprendió el golpe de estado en la Clínica San Ignacio de Donostia. Apresado por miembros de la CNT, fue trasladado a la cárcel clandestina del Colegio de Miracruz. El responsable de orden público de la Junta de Defensa de Gipuzkoa, Andrés Irujo, junto a su hermano Pello, perteneciente a ANV, Alberto Onaindia, canónigo de Valladolid y hombre próximo a los abertzales y el anarquista Jesús Escauriaza, lograron su liberación y su regreso al hospital. A principios de septiembre, corrió la noticia de que Gandasegui y otros detenidos iban a ser trasladados a la prisión del Fuerte Guadalupe en Irún, como represalia por los bombardeos fascistas contra la villa fronteriza. Poco antes de la caída de Irún el 4 de septiembre, los presos de Guadalupe fueron fusilados. La noticia de la posible muerte del Arzobispo de Valladolid corrió como un reguero de pólvora, llegando incluso al Vaticano.

 

                                                                        Andres Irujo


En esta rocambolesca historia, y ante la inminente caída de Donostia, el prelado (con txapela azul y leyendo El Liberal), fue trasladado en un coche conducido por Pello Irujo, del aconfesional ANV, al cuartel del Santuario de Loyola en Azpeitia, donde permaneció bajo custodia de los gudaris. Se efectuó su traslado a zona fascista el 15 de setiembre del mismo año tras una negociación con los militares franquistas en la que intermedió el párroco de la pequeña localidad de Albiztur, los nacionalistas vascos llevaron a don Remigio a la zona rebelde. Su declaración palió la suerte de Pello Irujo, detenido en alta mar días después y condenado a muerte. 

No obstante, el agradecimiento debido a aquellos que salvaron su vida se olvidó demasiado pronto, ya que Gandasegui no tuvo reparo alguno en presidir, junto al general Cabanellas, la celebración del Te Deum por la ocupación de la capital guipuzcoana.Murió de muerte natural en Valladolid el 17 de mayo de 1937.


                                                            Tedeum en Donostia

A su muerte, la intención era que se destinasen sus libros a fundar una biblioteca en la parroquia de Galdakao y se colocaría su retrato del artista Zubiaurre. A la Virgen Begoña se le entregaría el pectoral de esmeraldas que le regalo la Diputación de Bizkaia, cuando fue nombrado obispo y el anillo pastoral, también de esmeraldas, adquirido por suscripción popular. A la parroquia de Galdakao, iría destinado el juego de cáliz, vinajeras, etc. que le fue regalado por la fábrica de “La Dinamita” y ornamentos religiosos. En 1972 se bautizó con su nombre, un grupo de viviendas en el Carmelo de Begoña.


Publicado en el periódico local de Galdakao "Dime".